El suelo es un ecosistema muy complejo: alberga varios organismos e influye en múltiples servicios y mecanismos, incluyendo la calidad del agua, la producción de alimentos y la regulación climática. Al mismo tiempo, el suelo es un recurso no renovable para la humanidad y la economía (Comisión Europea, 2020). Sin embargo, los suelos están continuamente bajo presión y desafío debido al crecimiento de la población (Playán y Mateos, 2006): la producción agrícola intensiva actual no es sostenible y conduce a la degradación del suelo, la pérdida de nutrientes y biodiversidad, la contaminación y escasez de agua, y contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero y contaminantes atmosféricos que, a su vez, contribuyen al cambio climático (PNUMA, 2016).

La degradación del suelo representa una amenaza grave para la Tierra y sus habitantes: afecta al menos a 3.200 millones de personas y genera costos de entre 5,5 y 10,5 billones de euros al año, equivalentes al 10% del producto interno bruto global anual en términos de biodiversidad y servicios ecosistémicos. Además, la degradación del suelo y el cambio climático se retroalimentan mutuamente (Keesstra et al., 2018; IPBES, 2018).

Como resultado, se espera que los suelos sanos restantes estén sometidos a una mayor presión en el futuro, lo que conducirá a una disminución adicional en la provisión de servicios ecosistémicos. La contención y reversión de la tendencia actual de degradación del suelo podría generar beneficios económicos de hasta 1,2 billones de euros al año a nivel mundial.

Los costos de no tomar medidas contra la degradación del suelo superan en seis veces los costos de actuar en Europa, por lo que abordar este problema lo más pronto posible es económicamente sensato (Comisión Europea, 2022).

La estrategia de la UE para el suelo en 2030 tiene como objetivo lograr un estado saludable de todos los suelos de la UE para 2050. Además, la Comisión presentará una nueva propuesta legislativa sobre la salud del suelo para establecer un marco legal integral para la protección del suelo.

La gestión y restauración sostenible del suelo requiere la participación de una amplia gama de actores económicos y sociales, a quienes se les insta a expresar sus puntos de vista sobre esta iniciativa a través de una consulta en línea que se extenderá hasta el 24 de octubre de 2022. Las actividades de consulta se promoverán a través del sitio web «Have your say» y otros canales relevantes, y se basarán en las consultas realizadas previamente para la preparación de la estrategia del suelo de la UE para 2030.

El objetivo de esta consulta es garantizar que el interés público general se tenga en cuenta de manera adecuada en la propuesta de una ley de salud del suelo en toda la UE, recopilando comentarios, ideas, información y opiniones, incluyendo resúmenes políticos, estudios, datos sobre las causas y el alcance del problema.

Referencias

European Commission, 2020. EU Biodiversity Strategy for 2030. Bringing nature back into our lives. COM (2020) 380 final.

European Commission, 2022. Soil health – protecting, sustainably managing and restoring EU soils.

Keesstra, S., Mol, G., de Leeuw, J., Okx, J., Molenaar, C., de Cleen, M. and Visser, S., 2018. Soil-Related Sustainable Development Goals: Four Concepts to Make Land Degradation Neutrality and Restoration Work. Land, 7(4), p.133.

Iodice F., D’Acunto F, Bigagli L. (2021). Monitoring Land Degradation from Space. GI_Forum 2021, 9, 143-149

IPBES, 2018. Summary for policymakers of the assessment report on land degradation and restoration of the Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services. (eds.). IPBES secretariat, Bonn, Germany.

Playán, E., & Mateos, L. (2006). Modernization and optimization of irrigation systems to increase water productivity. Agricultural Water Management, 80(1–3 SPEC. ISS.), 100–116. https://doi.org/10.1016/j.agwat.2005.07.007

United Nations Environment Programme (2016). Food Systems and Natural Resources. https://wedocs.unep.org/20.500.11822/7592.