Del 6 al 18 de noviembre se celebra en Egipto la COP27, que reúne a las partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
El sábado 12 de noviembre, los debates giraron en torno a la agricultura, la adaptación y los sistemas alimentarios resilientes, mientras continuaban las negociaciones sobre pérdidas y daños y un objetivo mundial de adaptación.
El estado de la agricultura mundial es una cuestión importante y urgente, las cifras y las previsiones sobre la seguridad alimentaria lo demuestran: se prevé que para 2050 la demanda mundial de alimentos aumente un 70% y para satisfacerla se necesitarán al menos 80.000 millones de dólares de inversión anual. Según las estadísticas de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), en 2050 la población del planeta Tierra podría alcanzar los 9.700 millones de habitantes y 1 de cada 4 personas en todo el mundo, es decir, casi 2.000 millones de personas, corren el riesgo de sufrir escasez de alimentos, 770 millones de personas están en riesgo de malnutrición, y 1.500 millones vivirán en suelos con un contenido de sal demasiado alto para ser fértil.
El Presidente de la COP27, Sameh Shoukry, subrayó que «el cambio climático está teniendo un impacto desproporcionado en las comunidades vulnerables de todo el mundo». Para hacer frente a este desequilibrio», dijo, «debemos desarrollar sistemas alimentarios y agrícolas sostenibles y satisfacer las necesidades urgentes de los países en desarrollo importadores de alimentos. A través de la iniciativa FAST, movilizaremos a todo el mundo para desbloquear los flujos financieros destinados a aumentar la resiliencia al cambio climático y a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en los sistemas agroalimentarios».
La iniciativa FAST se centrará en 3 puntos principales. El primero es el acceso a la financiación para mejorar las capacidades de los países en desarrollo para identificar y aumentar el acceso a la financiación climática y de inversión. El segundo punto se centra en el conocimiento y la capacidad para proporcionar el análisis necesario, desarrollar directrices y apoyar el desarrollo de capacidades. El tercer y último punto se refiere al apoyo político y al diálogo, asegurando la plena integración de los sistemas agroalimentarios en las políticas de cambio climático. También se establecerán grupos de asesoramiento técnico ad hoc para garantizar la capacidad de respuesta, la eficiencia y la entrega oportuna de resultados de alta calidad acordados mutuamente.
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